DÍA MUNDIAL DEL ICTUS

PAPEL DE LA FISIOTERAPIA EN LA REHABILITACIÓN DEL ICTUS

Documento elaborado por:
Laura Arriero, Francesca Jaume, Daniel Jimeno, Ancor Rebassa
Comisión Fisioterapia Neurológica COFIB

 

¿Por qué sufrimos Ictus?

Se conoce como Ictus o Accidente cerebrovascular, a la disminución o interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro, provocando la lesión de algunas zonas por falta de oxígeno y nutrientes. Es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. Existen dos tipos Ictus: isquémico y hemorrágico.

El ictus isquémico, es el más frecuente y se da por la obstrucción de una arteria limitando el aporte de oxígeno. Entre los factores de riesgo de este tipo de ictus se encuentran:

  • Arterioesclerosis o altos niveles de colesterol.
  • Cardiopatías.
  • Arritmias, siendo más habitual la fibrilación auricular.
  • Sedentarismo.
  • Obesidad.

El ictus hemorrágico, es menos común y se da por la rotura de una de las arterias cerebrales lo que además de interrumpir el aporte de oxígeno, puede aumentar la presión intracraneal. Entre los factores de riesgo se encuentran:

  • Hipertensión arterial.
  • Malformaciones arteriales (aneurisma).

Otros factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un ictus:

  • Edad (mayor de 60 años).
  • Alcoholismo.
  • Tabaquismo.
  • Diabetes.
  • Estrés.

¿Por qué es importante la figura del fisioterapeuta?

Tras un ictus, se alteran diferentes capacidades que van a variar según el tipo de lesión, localización y gravedad. Entre las afectaciones, podremos encontrar trastornos físicos, que son los que tratamos desde la fisioterapia: alteraciones de la movilidad y de la sensibilidad, problemas de coordinación y equilibrio, etc. Además de estos trastornos, el paciente podrá presentar alteraciones cognitivas, emocionales y/o de conducta, problemas en la deglución, trastornos en la comunicación, alteraciones en la percepción o interpretación del entorno, etc. Todo ello afectará a su funcionalidad y, por lo tanto, a su participación en sus actividades cotidianas. Para abordar todas estar alteraciones y fomentar la autonomía del paciente, será necesaria la intervención de un equipo multidisciplinar.

¿Cuáles son los indicadores comunes?

Además de la prevención, una cuestión importante en el tratamiento del ictus es la rapidez con la que se recibe atención sanitaria especializada ya que cuanto menor es el tiempo transcurrido entre el inicio de los síntomas y la atención recibida, mayores tasas de supervivencia y mayor prevención de secuelas. Para ello, es imprescindible que la población sepa reconocer un ictus y sea capaz de activar los servicios de emergencia lo antes posible.

Cabe explicar que normalmente los síntomas aparecen de forma repentina, aunque es posible que se hayan tenido episodios similares previamente que se hayan resuelto sin secuelas de forma espontánea, lo que se conoce como un ataque isquémico transitorio, y que puede preceder a un ictus.

Entre los síntomas más comunes en se encuentran:

  • Debilidad de media cara, reconocible por una caída del labio o la incapacidad para sonreír.
  • Pérdida de fuerza de un brazo, una pierna o ambos.
  • Alteración del habla o del lenguaje, reconocible por la incapacidad de encontrar las palabras para responder o por dificultades para la pronunciación.

De forma no tan común también pueden verse acompañados de pérdida brusca de visión en uno o los dos ojos, dolor de cabeza intenso e inusual o vértigo intenso de inicio brusco.

¿Cómo puede ayudar en el proceso de rehabilitación el fisioterapeuta?

Las alteraciones mencionadas anteriormente, podrán afectar a capacidades como mantener el control del tronco, la bipedestación e incluso la capacidad de marcha. Para tratar de mejorar estas capacidades, el tratamiento del fisioterapeuta irá orientado a la tarea.

Dentro del proceso de rehabilitación, el fisioterapeuta puede abordar al paciente mediante el trabajo de fuerza, el trabajo aeróbico, terapias intensivas (como la restricción del lado sano), la imagen motora (terapia espejo, realidad virtual), entre otras, siempre con la finalidad de mejorar la autonomía del paciente.

¿Hacia dónde va la fisioterapia en esta área?

El fisioterapeuta que trabaja en neurorrehabilitación está familiarizado con la transdisciplinariedad. Esta consiste en aunar las capacidades, esfuerzos y conocimientos de los diferentes profesionales de la neurorrehabilitación, que valoran y tratan los déficits causados por un ictus. La fisioterapia, y su evolución dentro de un equipo transdisciplinar, aglutina conocimientos y experiencias de las diferentes áreas que forman el equipo, ya sean cognitivas, comunicativas, visuales, funcionales o sociales. Desde este punto, el camino que tiene por delante la fisioterapia en este ámbito plantea varios retos.

Uno de ellos es alcanzar una mayor presencia en la atención tanto a las personas que han sufrido un daño cerebral sobrevenido como a sus familiares de modo que se cubran sus necesidades en tratamiento, educación y prevención desde la fase más aguda hasta la reinserción en la comunidad. Además, debe asegurarse de que se haga con la frecuencia, intensidad y dosis adecuada a cada momento en base a la mejor evidencia científica disponible.

Por otro lado, otra perspectiva de futuro es la de continuar incorporando las innovaciones tecnológicas que permitan dar un paso adelante en evaluación, tratamiento y productos de apoyo como son la robótica, los dispositivos de electroestimulación funcional, sistemas de suspensión, sensores de movimiento, sistemas de realidad virtual, etc.

En este amplio y permeable marco, y cada vez más, la figura de la fisioterapia en el ámbito de la neurología pasa por la máxima inclusión en la investigación en neurociencia, por la formación transdisciplinar y por la de asumir competencias conjuntas con otros profesionales de otras áreas, sin llegar al intrusismo profesional.

29 de Octubre de 2021

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