LA NEUROMODULACIÓN EN SUPERVIVIENTES DE CÁNCER. LO QUE PODEMOS HACER DESDE LA FISIOTERAPIA.
Biel Amengual Jaume
Fisioterapeuta. Máster en Terapia Manual del Sistema Neuro-Musculoesquelético y Experto Universitario en Ejercicio Terapéutico. Especialista en Ejercicio físico en el paciente oncológico. Doctorando en el ámbito de las Ciencias de la Salud en la línea de la Neuromodulación y cáncer. Actualmente desempeña su labor clínica en GutMotion- Fisioterapia y Salud y su labor docente en la Universidad de Manresa- Universitat Central de Catalunya.
¿Qué es la NEUROMODULACIÓN?
La neuromodulación es un término que está muy de moda en la actualidad, sobre todo en el campo de la fisioterapia. Una de las definiciones científicas más aceptadas dentro de la comunidad científica seria “una técnica que se emplea para aumentar o disminuir la excitabilidad de un grupo de neuronas o incluso de un sistema complejo de conexiones.” Lo que en lenguaje llano podríamos definir como “hacer algo que modifique la información que va por los nervios para conseguir algo”. Hay diversos mecanismos por los que se piensa que ocurre la neuromodulación, aunque no está claro todavía. Entre ellos hay cambios en las neuronas, las células del sistema nervioso, en diferentes partes de ésta. También hay cambios en cómo se comunican estas células, lo que se conoce como la liberación de los neurotransmisores, o cambios en las células que acompañan a las neuronas en el tejido nervioso, los astrocitos y la microglía, células que se pensaba que no hacían nada y que cada vez están cogiendo más importancia, así como avanza la ciencia.
¿Por qué esta tan de moda la palabra NEUROMODULACIÓN en fisioterapia?
Bueno, yo tenía un profesor en la universidad que decía que la fisioterapia no cura, sino que ayuda a curar, y es el paciente quien se cura. La neuromodulación quizás sea la vía principal por la que los fisioterapeutas ayudamos a los pacientes a curar, y aunque la era moderna de la neuromodulación empieza en 1987, la ciencia tarda un tiempo a llegar a la clínica, y es hoy que somos conscientes de este proceso. No obstante, sigue siendo un campo nuevo para seguir investigando.
¿Qué tipos de NEUROMODULACIÓN existe?
Existen diferentes clasificaciones de la neuromodulación. De hecho, la clasificación más habitual es la que divide en 6 grupos, siendo estos: 1) estimulación nerviosa transcutánea, 2) estimulación nerviosa percutánea 3) estimulación de nervios periféricos, 4) estimulación medular, 5) estimulación cortical profunda, 6) administración de fármacos intraespinales e intracerebrovasculares.
No obstante, lo más común es la división entre invasiva y no invasiva, es decir, si se tiene que hacer un proceso invasivo o quirúrgico para su colocación, como la implantación de un aparato o la utilización de una aguja, o por el contrario se hace a nivel cutáneo o de forma no invasiva, como la utilización de electrodos o cascos.
Cabe añadir que cuando hablamos de neuromodulación se sobreentiende que esta es eléctrica (o farmacológica en el grupo 6 comentado con anterioridad), pero no es así. De hecho, hay muchas técnicas que neuromodulan en fisioterapia como la terapia manual o el ejercicio físico, simplemente que hasta ahora le dábamos otras explicaciones de porque funcionaban.
¿Cómo puede la NEUROMODULACIÓN ayudar en el cáncer? ¿Y en los supervivientes de cáncer?
Como hemos comentado, la neuromodulación es todo aquello que ayuda a hacer cambios positivos a nivel nervioso para realizar algún cambio ante algún problema. Existen diversas técnicas que se utilizan en pacientes con cáncer y supervivientes de cáncer, para paliar los síntomas que ocasiona el cáncer y también los síntomas de sus tratamientos.
Quizás dentro de las “no eléctricas” el más estudiado tanto en procesos oncológicos como en supervivientes de cáncer es el ejercicio físico.
Dentro de las eléctricas encontramos la utilización del TENS para la neuromodulación del dolor durante el proceso oncológico, así como la electro-acupuntura o electro-punción.
Si nos vamos al tratamiento de los supervivientes de cáncer, que es mi campo de estudio, vemos que se utilizan diversos dispositivos, como los de neuromodulación sacral para las secuelas de cáncer de colon y próstata, o la neuromodulación del nervio de forma percutánea para el dolor crónico.
Es un campo amplio y existen diversos formatos y aparatología. De hecho, en mi caso estoy realizando el doctorado en el campo de la neuromodulación no invasiva, en este caso, con la utilización de un dispositivo que pretende neuromodular el sistema nervioso autónomo, que sería un poco “el piloto automático” de nuestro cuerpo y que regula las actividades que no pensamos en hacer como la digestión, latido del corazón…, para la mejora de las secuelas de cáncer en supervivientes de cáncer.
¿En qué consiste la investigación que estas realizando actualmente?
Bueno, pues como te comentaba, estoy realizando el doctorado con un dispositivo de nueromodulación no invasiva, llamado XSignal de la casa NESA WORLD, para la mejora de las secuelas de cáncer en supervivientes de cáncer.
Según la evidencia científica, las secuelas más comunes en supervivientes de cáncer son el dolor neuro-muscular crónico, fatiga crónica e insomnio y/o problemas del sueño. Esto concuerda con los estudios realizados hasta el momento con el dispositivo Xsignal, que ha demostrado su eficacia en estos problemas en pacientes no oncológicos.
De esta forma queremos ver si con este dispositivo podemos mejorar este conjunto de síntomas que acompañan a los supervivientes de cáncer y sumar otra herramienta a la lucha, ya que hasta el momento solo contamos con el ejercicio físico, una “pastilla” fácil de recetar, pero difícil de tomar.
¿Y cuándo sabremos la respuesta?
Pues actualmente estamos iniciando el estudio, reclutando a personas que quieran participar. Una tarea complicada, ya que es un perfil difícil de encontrar, pero la idea sería a finales del 2024 poder tener una respuesta clara.
¿Cuál es el perfil que estáis buscando?
Pues buscamos personas que hayan pasado por un proceso oncológico y que actualmente estén de “alta”, con lo que se acostumbra a llama “el alta de los 5 años”, sin procesos oncológicos activos y con mínimo una de las tres secuelas más habituales en supervivientes de cáncer: dolor neuro-musculoesquelético crónico, fatiga crónica y/o calidad del sueño.
18 de Diciembre de 2023