
DESCUBRIENDO EL DIAFRAGMA, EL MÚSCULO QUE SOSTIENE LA VIDA.
Carme Pons Oliver
Fisioterapeuta colegiada núm. 979
Ha trabajado tanto en hospital privado como en atención primaria. Lleva ya seis años trabajando en su propio centro, Nusa Fisioterapia, en el Pont d’Inca. Se ha formado y trabaja principalmente con técnicas miofasciales y punción seca. Siempre con una visión holística del paciente procura que salgan de la consulta conociéndose mejor a sí mismos.
¿Cuál dirías que es la articulación o el músculo por el que más acuden tus pacientes?
Aunque es verdad que hay muchas cervicalgias, lumbalgias y hombros dolorosos, diría que al final el músculo que más se repite trabajando en consulta es el diafragma. Y es que puede estar involucrado en procesos de bruxismo, lumbalgia, cervicalgia, entre otros. Con lo que es un músculo que tengo mucho en cuenta para completar los tratamientos.
¿Por qué el diafragma?
El diafragma es muy conocido como músculo respiratorio, pero es mucho más que eso. Para mí, es uno de los músculos más fascinantes del cuerpo humano. Os cuento un poco más:
Primero de todo fascina por su forma de cúpula, que separa la cavidad torácica de la abdominal, lo que viene siendo: los pulmones y corazón del aparato digestivo (aproximadamente). Se origina en el centro frénico, que es una zona propia en el centro mucho más rígida con tres orificios (por los que pasan arteria aorta, esófago, nervio vago, vena cava, etc.) y de ahí se extiende hacia la apófisis xifoides (al final del todo de esternón), a las últimas costillas y a la parte anterior de las primeras vértebras lumbares. O sea, ¡vaya señora cúpula!
Y otra característica interesante es que se trata de un músculo muy ligado a las emociones. El diafragma se puede contraer o tensar en respuesta a qué sentimos (especialmente con estrés, ansiedad, tensión…). Y es que las emociones van ligadas a la respiración y viceversa. Así pues, si respiro con calma, si mi diafragma funciona correctamente, mi mente entiende que no hay peligro, y baja las revoluciones. Con lo que puedo dormir mejor, tener mejores digestiones, mejorar mi sistema de retorno venoso, etc.
¿Y cómo funciona? ¿Qué pasa cuando el músculo hace su función?
Se contrae cuando inspiramos y esta gran cúpula desciende, se aplana, para que los pulmones se hinchen de aire. Y al relajarse, exhalamos y sale el aire de los pulmones. Funciona como un émbolo modificando las presiones entre las dos cavidades.
Pero ya hemos dicho que está en contacto también con el sistema digestivo: pues cuando baja al inspirar también está ayudando a la motilidad intestinal, a que los riñones funcionen correctamente porque también se ven beneficiados de un buen movimiento diafragmático.
Es más; hablamos de que tiene unos orificios o hiatos, por uno de ellos pasa el esófago, el nervio Vago y vasos importantes del sistema linfático. Si ese orificio se estrecha o el músculo no se puede relajar aparecen problemas. ¿De algo os suena tal vez hernia de hiato? Sería por la parte del esófago y boca del estómago. El sistema linfático profundo la única forma de trabajarlo muchas veces es con las respiraciones diafragmáticas. ¡Lo del Nervio Vago tiene también tema para hacer un podcast! pero lo dejamos para otro día si os parece.
Y entonces si no trabaja bien el músculo ¿qué puede ocurrir? ¿Cómo sé que mi diafragma no está bien?
Normalmente uno se da cuenta porque le cuesta respirar profundamente, sensación de que no puede llenar los pulmones por completo. Puede tener opresión en el pecho o sensación de cierre en la boca del estómago, puede dar hipo, o bien dolor en el abdomen o espalda (donde están sus inserciones).
Además, podríamos añadir otros “por menores”: en su situación estratégica puede verse afectada nuestra postura, llevándonos a posturas de cierre hacia delante; podemos tener dificultad para ir de vientre, ya que no se moverían correctamente las vísceras; problemas de retorno venoso y con el sistema linfático, además de problemas musculares en otras zonas ya que comparte inervación, por ejemplo, con las fibras superiores del famoso trapecio (ese músculo encima de los hombros).
Así que, si habéis notado algunos de estos síntomas, podéis preguntarle a vuestro fisioterapeuta de confianza si os puede valorar el diafragma.
¿Cómo me puede ayudar el fisioterapeuta?
En fisioterapia trabajamos sobre todo con terapia manual y técnicas miofasciales a nivel local. Luego también buscamos optimizar la postura para ayudar a que el diafragma pueda realizar su trabajo cómodamente. Enseñamos ejercicios respiratorios, para realizar tanto en consulta como en casa, con el fin de mejorar malos hábitos respiratorios y ganar conciencia corporal. Como fisioterapeutas procuramos siempre que tengáis herramientas para que no se repitan las lesiones.
Además, por todos los sistemas en los que el diafragma colabora es importante trabajarlo (y entrenarlo) antes y después de cirugías de pulmón, estómago, trasplantes de órganos, etc.
¿Cómo podemos nosotros prevenir si de momento no hemos tenido síntomas?
Los ejercicios respiratorios siempre van a ser beneficiosos, ya que actúan directamente sobre él. No sólo para estirar el músculo, sino para entrenarlo propiamente (con ejercicios de fuerza específicos para él). Pero podemos hacer mucho más: tener el cuerpo en general bien tonificado para ayudar a mantener una postura erguida, tener una buena movilidad y flexibilidad, especialmente alrededor de la caja torácica. Una buena propuesta sería realizar ejercicios rítmicos en los que acompañamos cada movimiento con la respiración (pilates, yoga, clases dirigidas de movilidad, ejercicios de fuerza…).
Parece sencillo. ¿Algún truco más?
Os daré un apunte más. Su forma de cúpula no es usual en el cuerpo humano, pero se repite en la musculatura de la planta del pie, el suelo de la boca y el suelo pélvico. Entonces, si hay tensión en una cúpula el resto se ven afectadas. Por eso, si alguien acude con problemas de suelo pélvico, vale la pena revisar cómo está gestionando el trabajo el diafragma con los cambios de presión en el abdomen. Si tenemos un bruxista en consulta, al revisar el diafragma seguramente encontremos tensión ahí también. Y lo de trabajar la planta del pie siempre es recomendable para muchas otras patologías, no sólo para ayudar con el diafragma. Por eso es interesante relajar las diferentes cúpulas, para que estén bien coordinadas.
En mi consulta de hace ya tiempo tengo una notita en el espejo del baño que dice: “Aprovecha para hacer 5 respiraciones.” Creo que es uno de los regalos más preciosos que podemos hacernos a lo largo del día: pararnos y respirar. Para nuestro cuerpo, mente y diafragma.
7 de Julio de 2025